Tengas o no espíritu navideño, lo cierto es que cada 22 de diciembre amanece con la eterna letanía de los niños de San Ildefonso cantando números y premios en el sorteo especial de Navidad de la Lotería Nacional que desde 1812 reparte alegrías y decepciones entre sus participantes.
Así que, para que puedas empatizar con las imágenes que inundarán todos los medios de comunicación, con los afortunados que brindan y gritan de alegría por el premio ganado, vamos a desvelar el truco infalible para que tú también seas un afortunado.
Como te imaginarás a estas alturas del artículo, no vamos a ejercer de pitonisa en el descubrimiento del número que se llevará el premio Gordo, sino que vamos a desvelar lo que realmente es estar premiado en el desarrollo de tu actividad como agente inmobiliario, algo que, si sabemos hacerlo, sí que es un verdadero premio. Vamos pues a desarrollar este tipo de epifanía en la siguiente lista de frases, típicas y tópicas, que encierran más información de lo que parece.
Jugar siempre al mismo número no te asegura nada
Muchas veces estamos encerrados en nuestro día a día haciendo una y otra vez lo mismo en una rutina sin fin. Y el problema surge cuando los resultados que esperamos o los objetivos que nos marcamos no se cumplen como quisiéramos o simplemente se echan a perder.
Aquí es donde entra en juego esta frase. Si no dejamos de hacer siempre lo mismo no podemos esperar obtener resultados distintos, o peor aún, incluso aunque hagamos los de siempre, nuestros resultados pueden empeorar debido a que la coyuntura cambia y el sector evoluciona.
Si quieres mejorar tus resultados, estate atento a lo que sucede a tu alrededor y analiza los elementos de mejora de tu actividad, ya sea un proceso, una metodología, una herramienta o una habilidad. Piensa que el resto de agencias inmobiliarias también se están moviendo para mejorar sus resultados y que si no haces nada para remediarlo, poco a poco te irás quedando obsoleto o fuera de mercado.
Es el momento de reforzar tu negocio dotándolo de las herramientas que te ayuden a hacerlo más rentable y que te sirvan para poder escalarlo. Algunas serán piezas externas en las que tengas que invertir, como la profesionalización a través de la formación, el análisis de datos a través de los mecanismos adecuados o la implantación de sistemas de automatización y gestión de procesos desde el contacto al cierre de una operación. Por otra parte también existen mejoras internas derivadas de revisar protocolos de trabajo, elementos de gestión del tiempo o evaluación de cada una de las partes en las que se divide la actividad.
No es cuestión de azar sino de probabilidad
Nos gusta soñar con ese golpe de suerte que nos lleve al éxito, pero lo cierto es que, en cuestiones empresariales, la probabilidad y la estadística funcionan mejor que las corazonadas o el simple azar.
La constancia en el trabajo es imprescindible, pero también lo es el análisis de lo que hacemos desde un punto de vista no solo cualitativo sino cuantitativo. Para lograrlo deberíamos introducir algunos indicadores que nos ayuden a medir lo que hacemos y sus resultados.
Elegir aquellos indicadores que más nos puedan ayudar es esencial para lograr mejorar progresivamente la consecución de nuestros objetivos. Algunos de estos “números de la suerte” pueden ser:
- El margen neto que una operacón deja después de restarle los costes totales que han sido necesarios para lograrlo.
- El número de días que tardamos en vender un inmueble.
- Los contactos necesarios para cerrar una operación.
- El porcentaje de leads que se pierden por no gestionarlos adecuadamente.
- El número de visitas que necesitamos para cerrar una compraventa.
- El peso porcentual que tiene cada tipo de vivienda de nuestra cartera con respecto al beneficio y la rentabilidad que proporcionan.
- Las viviendas que tengo en cartera por encima de precio de mercado con respecto al total.
- La evolución en el número de captaciones por tipología de vivienda.
- El índice de satisfacción de tus clientes.
- El porcentaje de activos fuera de mercado que mantenemos en cartera a pesar de que ya no resultan rentables y que nos están haciendo perder dinero.
- Y muchos otros más números que pueden resultar intersantes y útiles en función de tus circunstancias y tus objetivos.
La suerte está en tus manos
Y para terminar, algo que muchas veces olvidamos, y es que el trabajo diario y la constancia es el mejor truco para construir un negocio sólido y alcanzar así nuestras metas. No es un tema de perfeccionismo sino de perseverancia. Pretender hacerlo todo bien es una quimera, sin embargo no abordar una tarea confiando en que se arreglará sola o que simplemente no nos afectará, es un error de base en la gestión de nuestra actividad.
Apostar por el autoconocimiento detectando ventajas competitivas, oportunidades y fortalezas es lo que verdaderamente nos llevará a dar un pasó más en consolidarnos y tener éxito en aquello que nos propusimos.
Ni tenemos porque saberlo todo, ni hay que pretenderlo, pero sí que podemos trabajar en construir nuestras relaciones comerciales y profesionales con orden, rigor y coherencia, detectando aquello en lo que podemos mejorar y potenciando aquello que nos hace únicos.
Y si después de poner en práctica estos trucos no hemos conseguido que nos “toque la lotería” es que aún debemos reflexionar acerca de en qué consiste el éxito en nuestra actividad, esto es, el fruto derivado del esfuerzo plasmado en un camino con aciertos y errores que nos sirven para crecer y aprender.
El premio no se encuentra en el final del camino sino en el camino mismo.