Adquirir una vivienda suele ser la mayor inversión en la vida de cualquier ciudadano. Por eso, en el mundo inmobiliario se recurre frecuentemente a la figura del perito para valorar el inmueble correctamente, garantizar un acuerdo justo y evitar sorpresas una vez finalizada la compra de la vivienda.
La mayoría de las veces, la valoración inmobiliaria se limita a la tasación necesaria para obtener la hipoteca para adquirir la vivienda: “Dicha tasación tiene un coste discreto, normalmente es aportada por la entidad, y suele resultar favorable para la operación, por lo que el cliente la percibe como un trámite más, y no suele detenerse en su análisis”, afirma Lola Alcover, secretaria del Consejo General de COAPI de España.
A la hora de valorar una vivienda entran en juego otros factores, como la metodología utilizada y el tipo de valor del inmueble, que están directamente relacionados con estadísticas sobre el valor de los inmuebles y con programas informáticos que supuestamente permiten la valoración el inmueble. “Estas herramientas pretenden substituir el rol del Agente de la Propiedad Inmobiliaria, figura que es imprescindible para aportar el valor añadido de sus servicios y aclarar toda la información que el comprador se encuentra antes de adquirir una vivienda”, aclara Lola Alcover.
El valor añadido de los APIs como peritos inmobiliarios
Los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (APIs) se encargan durante todo el proceso de compraventa de las dudas que pueda tener el cliente debido a la gran cantidad de información recibida previamente, así como ayudarlo a conseguir un precio más justo tanto como vendedor como comprador. Además, recubre un rol importante en el caso de que se requiera su apoyo para conseguir un préstamo bancario para afrontar el gasto de la vivienda.
En ese sentido, el perito inmobiliario, así como los APIs, conoce a fondo todos los profesionales que intervienen en las negociaciones para la fijación del precio, así como las necesidades distintas de cada cliente a la hora de adquirir una finca, estando en contacto directo los movimientos y tendencias de la oferta y la demanda en el sector inmobiliario.
Según la secretaria del Consejo General e COAPI de España, “el Agente de la Propiedad Inmobiliaria no trabaja con inmuebles, trabaja con personas, poniéndose a plena disposición de sus clientes y de las necesidades de estos a lo largo de todo el complejo proceso de la transacción de una finca, y prestándoles servicios profesionales con un valor añadido tal que le permite devengar unos honorarios justos y proporcionados”, por lo que los agentes deberán adquirir conciencia de que son ellos los verdaderos peritos inmobiliarios.