El consumo de cemento en los once primeros meses del año en España fue de 13,7 millones de toneladas, lo que supone un 10,6% más que en el mismo periodo del año pasado e iguala las cifras que se registraban antes del inicio de la crisis del Covid-19.
Según el presidente de la agrupación de fabricantes de cemento Oficemen, José Manuel Cascajero, estos datos mejoran levemente las previsiones realizadas anteriormente, lo que permite observar con “moderado optimismo” la evolución del mercado doméstico.
Solo en noviembre, el consumo de cemento creció un 9,1%, hasta alcanzar las 1,3 millones de toneladas, 110.061 más que en el mismo mes de 2020, según recogen los últimos datos publicados en la Estadística del Cemento.
En cuanto a las exportaciones, acumulan ya un incremento del 11% en lo que va de año, aunque en noviembre se vieron afectadas por la mala evolución de las exportaciones de clínker, lo que produjo un desplome de las exportaciones españolas del 12% solo en el undécimo mes del año.
“No podemos obviar que en este dato inciden los costes energéticos y de CO2, que actualmente están en sus máximos históricos, y que, por su gran impacto en nuestro proceso de fabricación, están lastrando gravemente la competitividad de nuestra industria”, indica Cascajero.
Por ello, Oficemen urge a buscar soluciones, como la posibilidad de establecer contratos bilaterales con operadores de energías renovables, a precios competitivos, y mediante subastas dirigidas a los consumidores industriales.