Las viviendas de lujo en las grandes ciudades suelen caracterizarse por tener una ubicación más que envidiable, unas vistas de película, las calidades más altas y un diseño de interiores cuidado hasta el último detalle, pero parece no ser suficiente. Según un artículo de la consultora internacional Knight Frank, que analiza el comportamiento de las grandes fortunas mundiales, cada vez gana más fuerza exigir todo tipo de servicios, como si se tratara de un hotel de alto standing, pero sus propias residencias.
La demanda llega a Madrid
Londres, Nueva York, Hong Kong o Singapur son algunas de las ciudades en las que empieza a ser habitual que los residentes en complejos de lujo, cada vez más internacionales y a menudo solo ocupantes temporales de estas viviendas, demanden servicios como los que pueden encontrar en hoteles de cinco estrellas.
El concepto se extiende y, según los analistas de Knight Frank, está llegando a ciudades como Madrid o Lisboa, en las que cada vez se registran más inversiones millonarias por parte de extranjeros. En este sentido, destacan el nuevo complejo de lujo Four Seasons Private Residences en el centro de Madrid, con 22 viviendas y la posibilidad de contar con los servicios del hotel de la misma cadena: de restauración o catering a spa, masajes o flores, entre otros.
Segundas residencias para grandes fortunas
Este tipo de demanda se enmarca en un creciente número de grandes fortunas que deciden comprar viviendas en grandes ciudades, pero solo para pasar ciertas temporadas. Según datos de la propia consultora, el 42% de los grandes millonarios (con capitales de más de 30 millones de dólares) ya poseen una segunda residencia en un país diferente al suyo, y otro 29% están pensando en adquirir una.