El sector inmobiliario también tiene su materia prima: las construcciones de todo tipo que cambian de manos gracias a la mediación de los profesionales.
Todos sabemos que hay multitud de tipologías distintas de construcciones. Por ejemplo, un edificio antiguo y emblemático en el centro de una gran ciudad es un producto completamente distinto a un adosado en un barrio residencial de una capital pequeña. O a una nave ganadera en una pequeña localidad rural.
Pero hay una variedad de inmueble que hasta ahora apenas se ha visto. Y que, si se cumplen los planes, terminará convirtiéndose en un estándar en el ámbito residencial. Hablamos de las construcciones sostenibles, de las que ya hemos hablado en otras ocasiones, y que a partir de 2020 serán obligatorias en toda obra nueva que se levante dentro de la Unión Europea.
En realidad, este es un proceso que empezó hace mucho. Desde 1993, la Unión Europea viene trabajando en directivas de eficiencia energética de edificios. La última de ellas es del año 2010 (2010/31/UE relativa a la eficiencia energética de los edificios). Y en ella se dan unos plazos que ahora están a punto de vencer.
- Desde el 31 de diciembre de 2020, todos los edificios nuevos que se construyan tendrán que ser edificios de consumo de energía casi nulo.
- A partir del 31 de diciembre de 2018, los edificios nuevos que estén ocupados y sean propiedad de autoridades públicas serán edificios de consumo de energía casi nulo.
Entramos, por tanto, en la recta final para que toda obra nueva tenga que cumplir estos estándares. Todos hemos oído hablar del tema y tenemos una idea vaga al respecto. Pero, ¿sabríamos explicarle a un potencial comprador qué significa que un edificio tenga un consumo energético casi nulo?
Estudio y preparación
Si trabajas en el sector inmobiliario más vale que empieces a familiarizarte con el producto que tendrás que empezar a vender dentro de poco. Y con toda la terminología que esto conlleva. Las características térmicas (capacidad térmica, aislamiento, calefacción pasiva, elementos de refrigeración y puentes térmicos), aislamientos de calefacción y agua caliente, ventilación natural y mecánica, iluminación incorporada, electricidad producida por generación, etcétera. Si quieres saber más, el Anexo I de la citada directiva incluye el listado completo de los aspectos a considerar.
“Nuestra experiencia es que el sector está cero preparado”, señalaba Anna Guanter, directora de Innovación Inmobiliaria de Solvia, en un reciente reportaje publicado en El Mundo. Es una afirmación que todos los que nos movemos en este ámbito podríamos firmar. Y tiene dos lecturas interesantes.
Por un lado, la obligación que tenemos, como colectivo, de mantenernos en formación continua para prestar un servicio lo más profesional posible a nuestros clientes. Por el otro, las oportunidades que se abren para quien se adelante en este conocimiento.
Y es que familiarizarse con estos términos ahora puede suponer una ventaja en el futuro, cuando el agente se los encuentre en una propiedad puesta a la venta y necesite explicar esas características a las personas que visiten el inmueble.