La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha descartado que la moderación del mercado de la vivienda en el país se deba al pinchazo o al estallido de una nueva burbuja inmobiliaria, sino que se explica por la desaceleración que la economía española ha ido registrando durante los últimos años.

En el último número de ‘Cuadernos de Información Económica’, la fundación analiza el sector inmobiliario y la financiación relacionada con él en un contexto de ralentización económica, recordando que la burbuja inmobiliaria y el riesgo financiero por la vía del crédito se convirtieron en el principal factor de la crisis.

Sin embargo, los expertos explican que, esta vez, no se están observando los desequilibrios que condujeron a la anterior crisis, porque los precios son casi un 20% inferiores al máximo precrisis; en cuanto al valor medio de tasación, el diferencial alcanza el 33%; el esfuerzo de los hogares para devolver las hipotecas y pagar los intereses se acerca al 33% de la renta disponible, muy por debajo de 2008, cuando superaba el 50%; y no existe una burbuja de crédito hipotecario.

Tampoco cree que el peso del sector inmobiliario en la economía alerte de situaciones de sobrevaloración o de riesgo de impagos, ya que la inversión en construcción, que llegó a superar el 20% del PIB, ha caído a la mitad, al mismo tiempo que el empleo en el sector ha pasado del 11,8% del total al 6,3% actual, un valor próximo a la media europea.

Estancamiento del crédito

Asimismo, Funcas ha observado que el crédito está estancado, con escasas variaciones positivas en segmentos concretos, como en las pymes o en el consumo. De hecho, destaca la reducción de la deuda de hogares y empresas, con una caída de más de 72 puntos de PIB desde 2010, algo que contribuye a disminuir los riesgos financieros.

Lo que sí puede producir esta moderación del mercado es un ajuste limitado, provocado en buena medida por la moderación de la demanda, de forma que, tanto los precios como el volumen de transacciones inmobiliarias, se moderarían en los próximos años, aunque sin caer de manera significativa, salvo en aquellos núcleos urbanos donde se había producido una sobrevaloración.

SUBIDA DEL PRECIO DEL 2,5% EN 2020

Con todo ello, si la elasticidad histórica del precio de la vivienda respecto al PIB se mantuviera, el precio de la vivienda subiría un 2,5% en 2020 y se mantendría estable en 2021, una tendencia que Funcas considera que no tendría una “gran repercusión” ni sobre la economía ni sobre los balances bancarios.

El artículo sí advierte de la inflación en el alquiler, con un aumento de la demanda por el endurecimiento de la normativa de acceso al crédito hipotecario y el cambio en el comportamiento de grupos como jóvenes y ocupados en busca de movilidad.