Según datos recogidos por NAR (National Association of Realtors), representada en nuestro país por SIRA (Spanish International Realty Alliance), el tiempo medio de venta de una vivienda en Estados Unidos es de tres semanas. Este plazo era, hasta poco antes de la pandemia, cinco veces inferior al tiempo medio de venta de una propiedad en España.
Según esta misma fuente, el 35% de los vendedores de vivienda de Estados Unidos cierra las operaciones entre un 95% y 99% del precio de salida marcado. Mientras que en España todos los expertos coinciden en que en España los precios están inflados y por ello los descuentos medios superan ampliamente el 10%. Incluso en épocas de bonanza.
“Estos dos simples datos, afirma Francis Fernández, CEO de SIRA, deberían llevarnos a mirar a los profesionales de ese país con la misma admiración con que son vistos en los Estados Unidos. Y tratar de imitar sus elevados estándares y sus innovaciones, tanto tecnológicas como creativas, a la hora de vender inmuebles”.
Por este motivo, recientemente ha tenido lugar en el marco de InmocionateenCasa – evento formativo y gratuito dirigido a todos los profesionales del sector – organizado por Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI) y SIRA. Una jornada formativa dedicada a profundizar en este asunto, con el objetivo de identificar cuales son los parecidos y diferencias entre ambos mercados. Estas han sido las principales conclusiones.
La lucha contra el intrusismo profesional
En Estados Unidos es necesario contar con una licencia para no ser considerado como intrusismo profesional. “Allí solo puede vender una vivienda el mismo propietario o un agente inmobiliario con licencia. En nuestro país, el acceso a la actividad es libre y las barreras profesionales inexistentes. Cualquiera (el portero, un vecino, un familiar, etcétera) pueden encargarse de la operación. Algo que el país sajón está considerado como intrusismo profesional”, ha destacado Francis Fernández.
La importancia de la formación
En los Estados Unidos, para poder operar es necesario contar con una determinada formación universitaria. Y es necesario realizar unos cursos específicos de acceso a la profesión. Además, periódicamente es necesario superar unas pruebas de actualización para poder renovar la licencia de actividad.
Y, para garantizar aún más la experiencia de estos profesionales, cuando un agente logra su licencia, debe trabajar durante dos años por cuenta ajena para otro profesional con más experiencia antes de independizarse. Es condición sine qua non para comenzar su trayectoria como profesional independiente.
“El agente inmobiliario norteamericano necesita también especializarse en un determinado área de actividad: residencial, comercial, solares, etc. de modo que asegurare al cliente un profundo conocimiento en su área de actividad”, añade Fernández.
Una estricta normativa garantiza que todo el proceso sea absolutamente legal
En Estados Unidos existen fondos de protección de arras en los que es obligatorio depositar y asegurar los importes entregados por el comprador. En España, en cambio, no existen obligaciones en este sentido. De igual forma, un agente inmobiliario norteamericano que no sea abogado no puede modificar en nada un contrato. Pudiendo también ser acusado de intrusismo profesional. Cuando en España un Api o los mismos clientes pueden acordar modificaciones al mismo.
A mayor especialización, mayores comisiones
En Estados Unidos la comisión habitual en una operación de compraventa es del 6%, mientras que en España oscila entre el 3% y el 5%. Algo que contribuye a que esta actividad sea allí más rentable y el agente, u oficina inmobiliaria, pueda reinvertir con mayor facilidad en la permanente mejora de su compañía y de su equipo de trabajo.
Información 100% veraz y objetiva
En los Estados Unidos los anuncios de viviendas deben ser absolutamente objetivos. No es posible definir a una vivienda como “maravillosa”, pues no responde a criterios objetivos. También, si el agente conoce algún defecto de la propiedad, por ejemplo, que no funciona el termo, debe avisarlo en el anuncio o informar al potencial cliente. Y darle a firmar un documento en el que confirma haber sido informado.
“En definitiva, todo este esfuerzo y normativa dirigida a proteger los derechos del consumidor, ha llevado a convertir al profesional inmobiliario en uno de los más prestigiosos de los Estados Unidos”, concluye Francis Fernández, CEO de SIRA. En España, con el objetivo de agrupar y dar soporte a los profesionales inmobiliarios más comprometidos con estos valores, hace años UCI impulso la creación de SIRA, cuya misión es impulsar a los profesionales inmobiliarios más comprometidos a través de la formación, la gestión de membresías y designaciones, publicaciones divulgativas y eventos especializados.