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La tecnología y la innovación no son un fin en sí mismos, sino que deben ser un medio conducente a un objetivo real, como es la mejora en la calidad de vida de los usuarios y la mejora de la eficiencia en todo el proceso inmobiliario”.

Estamos viviendo unos años cruciales en lo que respecta a la transformación del sector inmobiliario. De un sector de marcado carácter tradicional estamos evolucionando hacia un nuevo sector con un mayor componente tecnológico y de innovación tanto en el producto final (viviendas, oficinas, naves industriales, etcétera), como en los procesos asociados a él.

Esta afirmación, evidentemente, no creo que haya sorprendido a nadie, pero quizá sea interesante recordar algo que debemos tener presente: y es que la tecnología y la innovación no son un fin en sí mismos, sino que deben ser un medio conducente a un objetivo real, como es la mejora en la calidad de vida de los usuarios y la mejora de la eficiencia en todo el proceso inmobiliario.

Para abordar este proceso emocionante, pero algo complejo, debemos segmentar esta transformación en tres áreas bien diferenciadas:

Marketing digital

Todos somos testigos de la gran transformación que se está produciendo en la comercialización inmobiliaria gracias a las posibilidades que nos brinda el marketing digital. La experiencia aplicada de otros sectores de gran consumo y la utilización de herramientas como la inteligencia artificial y el “machine learning”, nos permiten impactar con una campaña publicitaria a grupos de personas que comparten una serie de elementos que hemos prefijado como los definitorios de nuestro público objetivo.

La gran diferencia con las campañas en medios tradicionales, es la posibilidad de medición y optimización en tiempo real de cada una de nuestras acciones publicitarias. Con la utilización de estas y otras funcionalidades que nos ofrece Google AdWords basadas en la IA y ML, podemos, de forma automática, optimizar la inversión publicitaria en función de la probabilidad de que ese contacto se convierta en una visita a punto de venta, una oferta o incluso una venta.

Asimismo se está avanzando mucho en la conexión entre el mundo online y offline y ya son varias las compañías inmobiliarias españolas que hacen el seguimiento desde que una persona visualiza su anuncio en su dispositivo móvil, hasta que realiza finalmente una visita al punto de venta o incluso realiza una compra o una reserva.

La tecnología nos permite mejorar enormemente la experiencia de usuario y gracias a la inteligencia artificial y el “machine learning”, la fricción en la adopción de la tecnología se reduce cada vez más y la segmentación de nuestro público objetivo es más precisa.

Tecnología para la optimización de procesos dentro de la compañía

La nube nos permite, a través de las soluciones como las proporcionadas por Google Cloud, el trabajo desde diferentes ubicaciones y dispositivos editando documentos compartidos por diferentes personas que trabajan en un mismo proyecto, por ejemplo. En un sector como el inmobiliario, en el que es necesaria la coordinación de centros de trabajo ubicados en múltiples localizaciones, estas soluciones, son de un alto valor añadido.

Otro ejemplo es Google Maps, con el que podemos añadir datos propios o de terceros, por medio de capas de inteligencia, para la ubicación de colegios y centros comerciales, promociones en curso, nivel socioeconómico de la zona, índice de criminalidad o intensidad del tráfico, por ejemplo. Todo esto nos da la posibilidad de realizar un análisis mucho más exacto y objetivo cuando estamos realizando el estudio de viabilidad de una promoción inmobiliaria.

Los avances tecnológicos presentes en el producto final

Nos referimos a los gadgets que tenemos en casa para hacernos la vida más sencilla. El uso de cerraduras electrónicas, con una penetración aún escasa pero creciente, nos permite el control de acceso a la vivienda incluso sin estar en ella, habilitar el acceso a un inmueble a través de una aplicación con usos muy diversos como hoteleros, alquiler vacacional, Airbnb, acceso a personal de servicios y reparaciones.

Termostatos inteligentes como Nest que, gracias al machine learning, optimizan el consumo energético manteniendo el confort climático de una vivienda. Asistentes virtuales como Google Home, ya presente en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia, nos permiten controlar el termostato inteligente antes mencionado con órdenes de voz, controlar la iluminación de una sala por medio de bombillas inteligentes conectadas  a Internet, subir o bajar las persianas motorizadas de una habitación, consultar la agenda del día siguiente, ver qué tiempo hará el fin de semana, consultar por una receta o incluso pedir que suene una canción determinada a través de los altavoces de la televisión del salón.

Pero estos son temas que ya llevan algún tiempo en el mercado y que ya los tenemos al  alcance de la mano. Si miramos al futuro, nos encontraremos que a día de hoy, instituciones tan prestigiosas como el MIT (Massachusetts Institute of Technology), están ya trabajando en proyectos como las casas robóticas, que cambian de distribución en función de las necesidades de los habitantes.

Este ejercicio de mirar hacia el futuro también nos lleva a replantearnos el urbanismo y el propio programa arquitectónico de los edificios, pues con los vehículos del futuro (que tendrán una triple característica: autónomos, eléctricos y colaborativos), la configuración de las ciudades se verá modificada aportando mayores espacios para las personas y mayor integración de los entornos públicos. Esta es una visión  compartida no solo por aquellos que creemos firmemente en el poder transformador de la tecnología en la sociedad, sino en la visión de grandes arquitectos como es el caso de Norman Foster.

Podemos decir por tanto que la innovación tecnológica y la transformación digital no solo están en marcha, sino que están muy presentes y activas tanto en el aspecto organizativo de las compañías, como en el producto final y en la comercialización del mismo. Tenemos por delante unos años realmente emocionantes, ¿está tu empresa preparada para afrontar el reto de la transformación digital?