Madrid y Barcelona se sitúan este año entre las ciudades más atractivas de Europa para la inversión inmobiliaria, gracias a las “buenas” perspectivas de crecimiento de los alquileres y a la mejora de la situación económica de España. Así se desprende del informe “Tendencias del mercado inmobiliario en Europa 2017” realizado por PwC y Urban Land Institute.

Estas ciudades se encuentran por detrás de Berlín, que está a la cabeza del ranking, y de Hamburgo, Frankfurt, Dublín, Múnich, Copenhague, Lisboa y Estocolmo. En concreto, Madrid está en el puesto 9 y Barcelona en el 16. El ‘top ten’ lo completa Lion.

En opinión de Antonio Sánchez Recio, socio de PwC, el sector inmobiliario en Europa está “más estabilizado” y la recuperación se ha asentado. Así, ha apuntado que del informe se desprende que parece que la normalidad “se instala” en este mercado.

Entre las principales preocupaciones de las empresas consultadas para el estudio, destacan la inestabilidad geopolítica existente, los problemas demográficos, la inmigración y las desigualdades sociales, que “pueden tener algún impacto en los próximos ejercicios”, según Recio. En este contexto, ha recalcado que las entrevistas del informe se realizaron entre julio y septiembre, después del referéndum del ‘Brexit’.

A pesar de estas preocupaciones, los inversores creen que el impacto del ‘Brexit’ se va a limitar al mercado inmobiliario británico y que no va a afectar de forma “significativa” a las inversiones en el resto de la Unión Europea. En concreto, las inversiones en la UE seguirán en el 76%, al igual que en 2016, e incluso, según el estudio, crecerán.

Difícil la mejora de las rentabilidades de 2016

Respecto a la rentabilidad, el informe pone de relieve que estas se moderarán después de años de dinamismo. Así, el 35% de los encuestados espera que el retorno de sus activos sea menor en 2017 y un 53% afirma que va a ser “difícil” mejorar las rentabilidades alcanzadas en 2016.

Este año, el mercado inmobiliario va a seguir estando marcado por la escasez de activos ‘prime’ o de calidad y con una sensación de que los activos que hay están “sobrevalorados”, según afirman el 58% de los encuestados. En este contexto, el socio responsable de Real Estate en PwC, Rafael Bou, ha afirmado que muchos inversores están “claramente” preparados para sacrificar algo de rentabilidad.

Por otro lado, Bou ha señalado que el ‘real estate’ sigue siendo un sector “atractivo”, porque todavía existe una liquidez “muy grande” en el mercado que proviene de Asia, Estados Unidos u Oriente Próximo y que hace que haya una “gran presión” por invertir.

España sigue siendo “muy” atractiva para la inversión inmobiliaria

Además, ha señalado que España sigue siendo muy atractiva y que el país tiene un entorno macro que le beneficia. “Vamos a crecer más que nuestros vecinos, todavía hay producto, pero hay un problema de alternativas”, ha apuntado.

Con un escenario sostenido de baja inflación y bajos tipos de interés, Europa se sigue situando en el objetivo de los inversores, “por delante de la renta fija y de los mercados de inversores alternativas”, ya que un 48% de los participantes en el estudio cree que en 2017 la disponibilidad de capital aumentará y que un 32% seguirá igual.

Del informe también se desprende que los inversores no están dispuestos a conformarse con las menores expectativas de rentabilidad. Asimismo, sectores como los comerciales y el de oficinas están ganando cada vez más adeptos. En concreto, el sector hotelero y los vinculados a los residenciales, donde destacan residencias de estudiantes y para mayores, son los preferidos para este año, tanto en lo referente a la inversión como para la promoción y financiación.

Cómo se perfila el sector inmobiliario del futuro

De cara a 2030, los encuestados creen que habrá una transformación como consecuencia del desarrollo de las nuevas tecnologías y de los cambios sociales y demográficos. El 91% de los encuestados cree que la tecnología va a cambiar la forma de usar los activos inmobiliarios.

Asimismo, la economía colaborativa, la robotización, las nuevas formas de trabajo flexible, el vehículo autónomo o los nuevos hábitos de compra y la urbanización serán algunas de las tendencias que volverán a “dibujar el sector de aquí a 2030”.